Debido a que en la mayoría de los países latinoamericanos, no existe de forma obligatoria la realización de tamizaje auditivo neonatal universal al nacer en los hospitales o maternidades, es de suma importancia que los maestros se conviertan en el 2º. filtro más importante (después de los padres de familia), y puedan identificar algunas señales de alerta en un niño en edad escolar, para así poder darle la orientación a los padres de familia que puedan buscar a un profesional que tenga el conocimiento en pruebas auditivas y habilitación auditiva en niños. ¡La prueba de audición se debe solicitar de forma INMEDIATA!
Algunas de las señales que los maestros pudieran tener en cuenta como señales de alerta en el ámbito escolar son: • Retraso de lenguaje o dificultad para entender cuando habla • Se etiquetan como niños muy distraídos/desobedientes/muy platicones/ malos estudiantes • Pide que le repite constantemente • Gira la cabeza con el oído que mejor oye • Comete errores de articulación • Fallas en el dictado • No respuesta adecuada a indicaciones verbales • Introvertidos o inseguros o frustrados, tienden a ser calladitos y presentar baja autoestima. • Poca interacción con otros niños que pudiese incluso confundirse con Trastornos del Espectro Autista (TEA), Transtorno con Déficit de Atención (TDA), Transtorno con Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) • Dificultad para comprender lenguaje hablado en ambientes muy ruidosos.
Si como maestros, llegasen a tener registrado un niño con sordera o hipoacusia usando auxiliares auditivos pediátricos, es porque los padres han
decidido que quieren que el niño aprenda a hablar, y debemos todos respetar y apoyar la decisión que hayan tomado los padres.
A continuación, se presenta un listado de estrategias y acomodaciones que se pueden utilizar en el aula de clases: 1 2 3 4 5 6 7 8 9 11 Garantizar que el
niño use sus audífonos pediátricos TODAS las horas del día que permanezca en el centro escolar.
Asegurarse que el alumno tenga acceso a ver las expresiones faciales, mirando y atendiendo cuando se están dirigiendo a él o al grupo-clase. No
utilizar lenguaje de señas, sino que SIEMPRE debe usar lenguaje hablado.
Siempre hablarle de frente al niño. No girar la cabeza mientras hablamos.
No dar explicaciones ni información importante mientras caminan en el aula de clases o se escribe en la pizarra. Ideal es que tanto los dictados o las
indicaciones/orientaciones se den de frente a los niños y sin mascarillas; además de no darles la espalda a la hora de escribir en el pizarrón.
Evitar poner papeles, lápices o las manos delante de la cara. Indicar el objeto del que se va a hablar y que esté en su campo de visión, y
pueda percibir el referente (el objeto del que se va a hablar) y su denominación (su nombre) al mismo tiempo.
Mucho cuidado con la ATENCIÓN DIVIDIDA: Nos tenemos que asegurar bien de que el alumno ha visto aquello de lo que le estamos hablando, o bien que sigue
nuestra explicación una vez que ha visto el referente. Cuando sea necesario, realizar un enunciado más corto, que resuma o simplifique el contenido
del mensaje en su esencia, pero con una estructura correcta. Hay que asegurar que conoce las palabras que le estamos diciendo, para que pueda seguir la
discusión del grupo. Utilizar un lenguaje claro, bien vocalizado y fácil de entender. Utilizar además el señalamiento con nuestro
dedo índice o con la mano, que muchas veces va a ser fundamental para hacer referencia a lo que queremos decir hasta que lo sepamos explicar o nos pueda
entender. Utilizar enunciados interrogativos cerrados (SI/NO), para obtener respuestas lingüísticas más inmediatas cuando lo creamos oportuno.
En situaciones grupales, es fundamental respetar el turno de palabra y dejar claro quién está hablando en cada momento. 36 Informar de ello cuando
haya terminado la conversación o vaya a interrumpirse.