El día en que los padres reciben la noticia de que su hijo padece de una pérdida de audición, suele haber un
choque emocional muy fuerte. En la mayoría de los casos es una sensación de tristeza en donde se siente que
se ha perdido algo y se entra en un periodo de duelo, que tiene varias fases: algunos padres han expresado
que siente como que si se ha perdido un sueño de tener un hijo como ellos se lo imaginaban; muchas veces
además es miedo, miedo de no saber cómo ayudar a su hijo, porque la información que existe acerca de la
pérdida de audición es muy limitada, y hay muchos estigmas en las sociedades acerca de la discapacidad auditiva.
En fin, el tiempo que una familia pueda estar de duelo, depende de las características de cada familia y del
apoyo o recursos que puedan encontrar para ir saliendo de cada fase aún más fácil. Sin embargo, siempre
recuerden, ¡que no están solos! Muchos otros padres han sentido lo mismo que ustedes en estos mismos
casos. Ahora, es muy importante que, como padres, puedan ir aprendiendo todo lo relacionado a la sordera
o pérdida de audición de su niño, para poder ser ustedes los mejores defensores de sus hijos, y poder tomar
las mejores decisiones para su futuro. Y esperamos que sean ellos los que puedan abogar por sí mismos, y
exigir sus propios derechos.
Se han descrito como un ciclo, pues pueden aparecer en cualquier etapa de la vida. Los padres, al recibir
el diagnóstico de pérdida auditiva en sus hijos, tiende a haber un choque emocional, negación, dolor,
enojo, depresión, hasta que finalmente se llega a la aceptación y adaptación. Es en este momento,
que finalmente las familias están listas para tomar las decisiones importantes que siguen. No todas las
familias pasan por estas etapas de la misma forma, cada familia tiene diferentes mecanismos paraafrontar la situación.
Y cada una de estas etapas de duelo, pueden reaparecer una y otra vez, ya sea el primer día de la escuela, durante la
invitación a la primera fiesta de cumpleaños, al momento de tomar el examen de manejo, al ir a su primera cita, en la
graduación de la preparatoria, al mudarse para la universidad, al tener su primer novio, al casarse, en la llegada del primer hijo.
En fin, es una montaña rusa de emociones que vienen y van, en donde muchas veces, podríamos pensar que es mucho más
fácil protegerlos de que la sociedad no los lastime, pero que es normal que sucedan, son parte del diario vivir al educar a un hijo
con sordera o pérdida de audición al luchar para su inserción dentro de la sociedad de normo-oyentes.
Puede ser la madre o el padre o ambos, quienes entran en un periodo de negación, en el cual quieren visitar
otros médicos, para comprobar que el diagnóstico es correcto. Durante este proceso, puede haber mucha
tristeza y soledad, así como confusión y miedo a lo desconocido.
En algunas parejas, pueden entrar a discusiones por encontrar a un culpable que haya sido responsable de la discapacidad auditiva, puede
además haber dolor y muchas veces enojo. Recuerdo una terapia grupal, en la cual dividimos a los padres y madres, y las reacciones de los padres y madres
podían variar. En una de esas ocasiones, una madre joven, me dijo: “Muchas veces me pregunté por qué Dios me había mandado una hija con discapacidades.
Y me tomó muchos años darme cuenta, que Dios me había elegido a mí, porque sabía que podía darle las
herramientas necesarias para ayudarla a triunfar en la vida”. Estudios han mencionado que es mucho más difícil para el padre aceptar una discapacidad en un
hijo varón que en una hija; y que es más fácil que las madres sean quienes superan las etapas de duelo más rápido y toman decisiones necesarias para ayudar a sus hijos a sobrellevar la pérdida de audición.
Sin importar si como padres atraviesan todas las etapas o no, o las formas que adopten para superar el duelo, es importante que durante el proceso podamos
ir guiando a las familias, brindando el componente educativo, así como el apoyo emocional necesario para poder hacerlos sentir que no están solos, y que
así como ustedes están enfrentando esta situación ahora, hay muchos padres que ya lo han superado y han logrado formar hijos profesionales seguros
de sí mismos y que la discapacidad auditiva no fue un obstáculo para cumplir los sueños que tenían.
Al brindarles a los padres apoyo, estamos ayudando a que sean los padres los que puedan tomar una decisión informada y educada acerca del futuro de
sus hijos con una discapacidad auditiva. La creación de un programa de padres es fundamental, para poder crear un ambiente seguro, libre de juicios, en
donde podamos juntos como familias, aprender de las experiencias de otras familias e implementarla en nuestras vidas